Más de la mitad de tu cuerpo está compuesto de agua. Sin embargo, tenés que mantener un balance de líquidos para funcionar eficientemente. Un volumen constante. Los riñones, un par de órganos que están en tu abdomen y que funcionan 24/7, forman parte de un complejo sistema de regulación de fluidos en el cuerpo. Ellos se encargan de filtrar toda la sangre varias veces al día, retener algunos electrolitos que necesitás y; dependiendo de tus necesidades puntuales de líquidos, ajustar tu producción de pis. Por ejemplo, si tomaste muchas bebidas, los riñones harán que la orina sea más clara y abundante para que puedas deshacerte del líquido que no necesitás.

Por el contrario, si estás transpirando mucho o no te hidrataste suficientemente, ellos se encargarán de producir una orina más concentrada, escasa y de color obscuro. En este caso tenés que correr a hidratarte. Los riñones son vitales para regular la hidratación profunda de tu cuerpo, ellos se encargan de abrir o cerrar el grifo.

Por eso tenés que estar atento a lo que te dicen a través del pis. Cada vez que vayas al baño dale un vistazo al color y el volumen de tu orina. Mantenete atento a las pistas del pis e hidratate apropiadamente escuchando a tu cuerpo.